cuando la tierra vivifica
después de su agostamiento,
la llovizna sale del regazo de
los vientos…
y nadie sabe lo que tendrá mañana
ni donde morirá… no importa,
porque la
tierra saca ya sus frutos
y nos ofrece generosa su
hermosura,
y en espléndida recompensa,
nos da una primavera más,
porque la
tierra es todo lo que tenemos…
Y nos
ofrece la aurora y el ocaso,
y nos invita a disfrutar,
a ver en las montañas las estrías de colores
y las grandes cumbres…
Y soñaremos con
que el sol alcanza la luna
y que el día alcanza a la
noche…
Goza con la primavera,
escucha ese coro de vírgenes con címbalo,
mira como las aves lucen sus plumas
amarillas como el oro, blancas como la plata,
con los colores del arco iris…
Las
ocas, los pavos reales, las palomas, las tortugas…
y las
flores evocando nuestros recuerdos,
flores perfumadas,
uniendo belleza a fragilidad,
las humildes flores de
pepino
entre fragmentos de colores
manifestando la bondad de esta tierra,
la armonía que inspira a la humanidad,
este breve instante en nuestra vida,
es breve sinfonía, las lágrimas mitológicas de Venus,
más blancas que el yelmo de Odín,
los
juncos floridos, las humildes margaritas,
flores que
ahuyentan maleficios,
lirios para la Virgen y el Niño,
manzanilla para dolores,
magnolias
reales, orquídeas opulentas,
geranios en los balcones,
y pensamientos para escoger…
Mejor disfrutarla y callar,
no hay palabras, ni hay poeta,
que
pueda contar su esplendor…
Nada que ver con una primavera
soñada,
sí con una primavera vivida,
que nace en el misterio, sugestiva,
con aromas primitivos, libres sobre la
piedra…
Y sobre la tierra, sobre el mar, bajo el cielo,
sobre oriente y occidente,
con las
gentes riendo de todo corazón,
como niños cegados por una
esplendida visión…
Ha sucedido lo que
tenía que suceder,
la vimos acercarse y la veremos
marcharse,
es bueno adaptarse a las
circunstancias…
Pero no dejes escapar lo que posees
por lo que ni siquiera
divisas….
Escucha el canto llano, primaveral,
amaneciendo después de la media noche
sin coro ni música,
sólo con la
tonadilla de las aves,
gorgojes, graznidos, sonidos
mágicos…
melodías sin orígenes geográficos,
iguales en China, en Francia, en Cataluña,
Portugal o Galicia…
Equinoccio de
marzo,
que media entre el invierno y el
estío…
La primavera es ternura, es
amor,
es inclinación hacia lo que nos parece bello
y digno de cariño, que atrae nuestra
voluntad…
Puede suceder que no la
soportes físicamente,
porque la primavera trae
alergias,
estornudos y lagrimeos,
y que
por eso no te guste ir al campo,
por eso y por si el
indolente rebaño de zánganos
está alejado de sus colmenas;
o porque tienes miedo a las lluvias repentinas
y a las arañas gigantes o a las ratas hambrientas,
y a los perros asilvestrados,
o al
polen denso del aire, pero,
aún así, disfrútala
aunque tengas que preparar tu cuerpo,
con vacunas en el invierno,
con
máscaras filtrantes, con dietas a tiempo…
No pierdas este
regalo que nos brinda la naturaleza,
que calmará tu
espíritu,
que ahuyentará las
depresiones,
y que te dará vigor al
recordarla,
pues en ella encontrarás sólo el
amor
y la ternura que todos
anhelamos.
Carmen Formoso
Lapido
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