domingo, 1 de agosto de 2010

Blog de Carmen Formoso Lapido - Windows Live

A LA DERIVA
Cuando la madre la engendró,
pidió a dios fuerza para criarla,
y la tierra se unió al cielo para ayudarla,
y, cuando nació la niña tan bella,
la llamaron Vennus…
Pero el padre la odio,
y ella, después de sufrir muchas infamias,
alió su espíritu con la fuerza…

Cuando Vennus trabajaba en Enron Corporation
el mundo energético dio un vuelco,
y Vennus acabo a la deriva por Texas,
con sus posesiones más apreciadas en la mochila,
su cuchillo de mango blanco
del mejor acero con puño de marfil
colgado de la cintura,
y su cuchillo de mango negro,
de acero empavonado y mango de ébano,
preparado en la bota izquierda,
su anillo salomónico de dos triángulos cruzados,
siempre en el anular derecho,
y acompañada de paupérrimos ilustrados,
durmiendo bajo cualquier puente del Estado,
se entretenía debatiendo puntos de vista científicos
y los grandes secretos de Arthaphernes,
el llamado ”señor de los altos secretos”
célebre profesor de San Cipriano…
Y sonó la melodía de su celular…
Y Vennus fue convocada a una cita mundial
hecha por flash-mob con mucho retintín…

Cuando se acomodó en la calesa,
escuchando hablar el mandarín,
con el típico estilo urbanita desheredado,
y mochila al hombro llena de delgatinas,
agarrando fuertemente a su perro Milú,
y con un libro de Iam Gibson en la bolsa,
Vennus miró los panfletos de las paredes
llenos de eufemismos que leía
manteniendo su sonrisa perenne.

Cuando llegase a su privado pandemónium
se vería entre un Augusto y un Clown,
sonriendo sin reír, con actitud conciliadora,
tragándose el placebo, sin jaima beduina,
con su rolex sin manecillas,
sin los Hari Krismas cerca, habiéndolo visto todo
a través de un Flash-bak en media noche,
sería conocida por ser apóstata en su fe.

Cuando acabara su partida de ping-pong,
ella, que recuerda todas las palabras
de las “Mil noches y una” sin traducir,
ella, que recorrió cielo y la tierra entre caprichos,
ella, la expresión perfecta de la belleza
símbolo de la atracción sexual,
ella, la enloquecedora de hombres,
descansará sosegada en su morada.

Cuando ya estaba cansada de historias de pasión,
odios y gozos, reposará a la orilla del mar,
en su hogar de cristal sobre una roca escarpada,
vistiendo mallas de plata para permanecer tumbada
sobre la redondez de la roca
bajo el manto celeste de estrellas fugaces,
aguantando el empuje de la brisa,
allí permanecerá escuchando cantos de sirenas.

Cuando Venus se toma su justa dosis de espera
entre nostálgicos recuerdos,
sin futuro, con su presente ondulante
sin expectativas y sintiéndose un títere,
se enfunda el neopreno
para esperar la llamada de La parca,
pues a su lado nadie vive en la indigencia,
y antes de lanzarse al la mar grita al viento,
¡¡Good-bye!!
justo cuando suena la melodía de su celular…

Poema de Carmen Formoso Lapido
armen Formoso Lapido - Windows Live

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